Tras el hundimiento del buque Prestige, SADER fue contratada para la descontaminación de las costas, calas y playas del País Vasco, teniendo que llevar a cabo las labores de limpieza de zonas rocosas para lo que se utilizaron diversos productos y numeroso personal dotados de hidrolimpiadoras que realizaron manualmente la limpieza de acantilados y rocas, lo que implicaba, a su vez, la recogida manual del residuo, que estaba localizado, en muchos casos, en zonas de difícil acceso. Se gestionaron alrededor de 10.000 toneladas de residuos.
Todos los residuos generados fueron almacenados en contenedores ubicados junto a las áreas de trabajo para proceder a su posterior gestión mediante tratamiento de Solidificación-Estabilización en SADER. Se instalaron distintos contenedores móviles para el depósito separado de cada tipo de residuo recogido, principalmente:
- Fuel-oil, recogido de manera manual de las superficies y zonas rocosas.
- Residuos impregnados con fuel, incluyendo el arribazón arrastrado por el mar impregnado de fuel, los geotextiles y materiales de absorción utilizados durante los trabajos de limpieza, equipos de protección individual (buzos tibek, guantes, mascarillas, gafas, …), así como otros materiales contaminados por este residuo (utensilios empleados durante la limpieza manual como canastos, espátulas, bolsas, …)
- Residuos plásticos como bolsas de basura, botellas de agua o mangueras deterioradas.
- Residuos Sólidos Urbanos
- Aguas contaminadas procedentes de la limpieza de maquinaria y equipos de trabajos de protección individual (botas, gafas, máscaras, guantes…)
- Para evitar la afección de posibles derrames sobre el suelo, todos los contenedores y depósitos se colocaron sobre láminas de polietileno.
Las labores de limpieza consistieron en: